Semillas en Noviembre
III.
Aún no era ni media mañana cuando volvía de regreso de Portmarnock. Diana la había estado siguiendo melosa durante un buen trecho, hasta que se topó con aquel chucho viejo y gordo y corrió tras él con todo el lomo erizado, bufando como si se preparase para uno de sus muchos ataques bélicos. No era por nada que le hubiese puesto aquel nombre. Su afán de lucha superaba con creces al del resto de gatos que había conocido en su vida, y que se pasaban la mayor parte del tiempo lampuzeando cabezas de pescado en la lonja.
Iba sumida en tales pensamientos cuando volvió a verle al doblar la esquina. Gorra calada hasta los ojos, liándose un cigarrillo como si la cosa no fuera con él. Darell le lanzó una mirada desafiante, pero aun así no logró que el otro apartara la vista. Le molestaba que la miraran de aquella forma, y no conseguía acostumbrarse a ello aunque William ya le había advertido en más de una ocasión. Ya no era una niña, y resultaba difícil hacerse el indiferente cuando te cruzas con esos ojos inmensos azul índigo enmarcados en aquel corte de pelo tan masculino, cabellos negros como el carbón. Tampoco conseguía disimular sus formas aunque vistiese camisa de lino y pantalones grises con tirantes, y calzara las botas de cuero más rudimentarias que pudiese encontrar. Su esbelto y fibroso cuerpo la delataban a cada paso que daba.
Relato enviado por Lya
Relato enviado por Lya
3 Comentarios:
Sería interesante saber hacia donde se dirige Lya, pues la impresión inicial (tras leer tres entregas) es más la de estar ante el comienzo de una novela que de un relato. Una reposada y precisa presentación de ambientes y pesonajes, una trama que se deja ir viendo poco a poco. Le diría: tómalo con calma, es un inicio interesante, bien escrito, rezuma historias, se ambiciosa.
Saludos.
Me alegro que tanta celebración no haya sepultado tu proyecto literario. A ver si aprendo un poco de tí y me pongo las pilas.
¡Sigue con ello!¡Sin duda vas a por la NOVELA!
Hombre, Javi, hacía unos días que no sabía de ti...
Suscribo tus propias palabras... me apetece leer la continuación de tu Roblealto...
Nos leeemos.
Estoy muy de acuerdo con Leo en que Semillas de Noviembre tiene mucha más pinta de novela que de relato. Y esa pinta pinta que ni pintada.
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