De Anima Bestiarium
(De la fauna y flora de los estados del alma)
XII La Mariposa de la Libertad
XII La Mariposa de la Libertad
Muchos sabios de la antigüedad dejaron constancia en sus escritos de este insecto; mas es sabido que sus descripciones difieren hasta en los más insignificantes detalles. Marco Tertius Venero estudió todos los fragmentos que pudo reunir en su quinta en los alrededores de Caesaraugusta y resumió lo que de común venía en los filósofos naturales. La larva de esta mariposa nace de sus huevos en las hojas verde pálido del árbol llamado caxa, que crece en todos los países del orbe. Este gusano tiene grandes ojos - que le permiten observar fielmente el mundo que le rodea- y un largo y redondeado cuerpo de colores rojo y negro, de ahí el nombre que recibe de los griegos: melanoerythrias. Pero está sometido a la hoja donde ha nacido: no puede salir de ella y está obligada a comérsela. El deseo de cambiar de lugar es tan violento que decide – con su seda – montar un sistema de hilos para pasar de hoja a hoja. Pero esta oruga siempre queda enredada en su propio huso, y parece morir. Tres meses después, de los verdes hilos retorcidos se escapa una mariposa de sobrenatural hermosura – los colores rojo y negro de la larva se han metamorfoseado en un amarillo intenso moteado en blanco – que con su vuelo errante ensancha sus horizontes y se siente feliz. Pero el árbol caxa forma parte de un bosque que se llama caxón, y los abejarucos impiden a la mariposa la huida a campo abierto, lejos de los árboles. Desesperada, en un vuelo infinito, sube más y más alto, hasta que el sol, como hizo con las alas artificiales de Dédalo, derrite su esencia. Entonces estalla en una miríada de corpúsculos negros que – como una lluvia – caen de nuevo sobre las hojas de los árboles. Son sus huevos.
5 Comentarios:
Pppffff, para melancólico este bichito... Espero que no refleje la idea de la libertad que su autor detente... Aunque claro, cada cual ve reflejado en lo que lee algo de lo que lleva dentro. Y para mí (y quizá sólo para mí) esta entrada supera lo melancólico para entrar en el territorio de lo amargo.
Tómatelo como un elogio.
Desde leugo hablo de lo amargo, de lo amargo que es para el ser humano saber lo que es la libertad y no tenerla. Cosas de Platón y su amarga caverna.
Aún así, la mariposa no puede por menos que seguir buscando la libertad, y esa es su razón de ser: no es mal camino.
Yo veo una nota de trágica hermosura en las ansias de libertad de este precioso insecto; meláncolico puede, amargo no. Es el suyo un destino para engendrar nuevas vidas, un estallar en una miríada de huevos al final del camino. La vida se abre paso.
En efecto, su destino es engendrar nuevas vidas, vidas tan prisioneras como la suya.
No hay posibilidad de huir a campo abierto. Su sino es vivir encerrada en su hermoso bosque o morir para generar nuevos cautivos.
Hermoso pero tremendo. ¿Como la vida misma?
Dos cositas (mal contadas):
- el color negro es el de la melancolia, el de la bislis negra...
- cuando la vida se abre paso como única forma de perpetuarse, en un ciclo vital puramente biológico, no tiene más sentido que la de las amebas o las espiroquetas...
- la libertad (la palabra me produce cierta alergia de contacto) puede consistir en la conciencia -de más o menos- que tengamos de los límites de la caxa, del color y la decoración de sus paredes.
- a veces basta con hacer agujeros, vivir en las ventanas.
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