Asistente Social, II
Miré el reloj pero era demasiado temprano. Restaban al menos veinte minutos para la exacta hora en que irse a desayunar no parecería indecente. Tomé la decisión de ver primero los archivos.
Cuando accedí con las claves que me proporcionó el jefe, me sorprendió que los habitantes de la casa a investigar ocupaban más de 200 Kb, cuando lo normal es que los informes –redactados los nuevos, escaneados los antiguos - no pasaran de 5 Kb. “Mierda”, me dije, “no sé si me dará tiempo antes de desayunar”. Pero el caso es que empecé a leer, y aquello acabó por interesarme. Este es el resumen que incluí en el dossier del caso:
“En la casa viven dos hermanos, Manuel y Lucía, solteros. Se quedan huérfanos de madre cuando él tiene diecisiete años y ella quince. Según consta, el último trabajo de Manuel es de albañil, Lucía no ha trabajado nunca fuera de casa. Están fichados porque la historia familiar es realmente penosa. Al morir su madre en un accidente de circulación en la misma puerta de su casa –delante de sus hijos, al volver del colegio – hace ya dos años que el padre está en prisión por delitos relacionados con las drogas. Pasan al cargo de la abuela materna. En la prisión, el padre de Manuel y Lucía es sodomizado varias veces en el patio y asesinado por su compañero de celda pocos meses después. En ese tiempo, Manuel ya ha cumplido los dieciocho, trabaja en la obra y se hace cargo de su hermana. Deciden volver a la casa que habitaban con sus padres, seguidamente la abuela sufre un ictus cerebral y ha de ser internada en el asilo de las monjas. No tienen otros parientes conocidos.”
Tras acabar la lectura y revisar las notas, salí a desayunar a la hora justa en que debía hacerlo, por primera y única vez en todos mis años como funcionario.
Cuando accedí con las claves que me proporcionó el jefe, me sorprendió que los habitantes de la casa a investigar ocupaban más de 200 Kb, cuando lo normal es que los informes –redactados los nuevos, escaneados los antiguos - no pasaran de 5 Kb. “Mierda”, me dije, “no sé si me dará tiempo antes de desayunar”. Pero el caso es que empecé a leer, y aquello acabó por interesarme. Este es el resumen que incluí en el dossier del caso:
“En la casa viven dos hermanos, Manuel y Lucía, solteros. Se quedan huérfanos de madre cuando él tiene diecisiete años y ella quince. Según consta, el último trabajo de Manuel es de albañil, Lucía no ha trabajado nunca fuera de casa. Están fichados porque la historia familiar es realmente penosa. Al morir su madre en un accidente de circulación en la misma puerta de su casa –delante de sus hijos, al volver del colegio – hace ya dos años que el padre está en prisión por delitos relacionados con las drogas. Pasan al cargo de la abuela materna. En la prisión, el padre de Manuel y Lucía es sodomizado varias veces en el patio y asesinado por su compañero de celda pocos meses después. En ese tiempo, Manuel ya ha cumplido los dieciocho, trabaja en la obra y se hace cargo de su hermana. Deciden volver a la casa que habitaban con sus padres, seguidamente la abuela sufre un ictus cerebral y ha de ser internada en el asilo de las monjas. No tienen otros parientes conocidos.”
Tras acabar la lectura y revisar las notas, salí a desayunar a la hora justa en que debía hacerlo, por primera y única vez en todos mis años como funcionario.
2 Comentarios:
"el padre de Manuel y Lucía es sodomizado varias veces en el patio y asesinado por su compañero de celda"
... no puedes evitar dejarte llevar, ser influido por tus excesos.
En este caso lo veo necesario: me resulta difícil justificar las "cosas" que luego pasan sin una historia brutal detrás. Historia nada irreal y menos infrecuente, por otra parte.
Welcome back at home!!
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