Semillas en Noviembre
I.
Cuando Darell tomó conciencia de lo ocurrido, su ojo derecho ya presentaba un aspecto más que lamentable. Apenas podía creer que lo hubiera hecho. Estaba harta de semejante engendro, y a fin de cuentas, algo recordaba de lo aprendido en los muelles con William y los otros chicos.
Nunca olvidaría la mirada que le dirigió su madre en ese justo instante, velada de admiración y gratitud, contemplando en silencio a su hija de quince años como a una pequeña heroína. Aquel tipo salió de la casa con el rabo entre las piernas, dejándose la dignidad y la camisa tiradas en el suelo de la cocina.
La escena yacía inmóvil a sus pies, congelada en el tiempo. La copa hecha añicos, la pared salpicada de vino tinto, aquella lata de judías aún sin abrir. El interior de la estancia se oscureció por momentos, imperceptible y gradualmente y un viento frío empujó hacia dentro la puerta entreabierta en un lento chirrido. Se avecinaba una tormenta.
Esa misma tarde hicieron las maletas. Eileen partía a la mañana siguiente a Burtonport, en el condado de Donegal. Había encontrado un trabajo como lavandera en un antiguo hospital, por mediación de la Sra. Bennet. Sus ingresos no aumentarían mucho, pero al menos contaba con un salario más decente que el que le ofrecían en la fábrica de conservas, y no digamos del que le habían venido ofreciendo en la vieja taberna de Burnie.
Hizo todo lo posible para convencer a su hija de que marchara con ella, pero Darell tenía otros planes, y no se sentía en el derecho de obligarla a nada. No después de los últimos tres años.
Texto enviado por Lya, que será editado por entradas
Cuando Darell tomó conciencia de lo ocurrido, su ojo derecho ya presentaba un aspecto más que lamentable. Apenas podía creer que lo hubiera hecho. Estaba harta de semejante engendro, y a fin de cuentas, algo recordaba de lo aprendido en los muelles con William y los otros chicos.
Nunca olvidaría la mirada que le dirigió su madre en ese justo instante, velada de admiración y gratitud, contemplando en silencio a su hija de quince años como a una pequeña heroína. Aquel tipo salió de la casa con el rabo entre las piernas, dejándose la dignidad y la camisa tiradas en el suelo de la cocina.
La escena yacía inmóvil a sus pies, congelada en el tiempo. La copa hecha añicos, la pared salpicada de vino tinto, aquella lata de judías aún sin abrir. El interior de la estancia se oscureció por momentos, imperceptible y gradualmente y un viento frío empujó hacia dentro la puerta entreabierta en un lento chirrido. Se avecinaba una tormenta.
Esa misma tarde hicieron las maletas. Eileen partía a la mañana siguiente a Burtonport, en el condado de Donegal. Había encontrado un trabajo como lavandera en un antiguo hospital, por mediación de la Sra. Bennet. Sus ingresos no aumentarían mucho, pero al menos contaba con un salario más decente que el que le ofrecían en la fábrica de conservas, y no digamos del que le habían venido ofreciendo en la vieja taberna de Burnie.
Hizo todo lo posible para convencer a su hija de que marchara con ella, pero Darell tenía otros planes, y no se sentía en el derecho de obligarla a nada. No después de los últimos tres años.
Texto enviado por Lya, que será editado por entradas
6 Comentarios:
Esperaremos -con toda la paciencia que podamos- nuevas entregas para seguir la historia que aquí ha sido meramente introducida. Bienvenida, Lya.
Por otro lado, a ver si vais a tener razón: el folklore (con K me gusta más) es peligroso. ¡Cuando veo el Campbell's Vegetable Soup también veo el anagrama de Tele Cinco, una sintonía de cabecera machacona y horrible, y a Jorge Javier Vázquez (se llama así?) y demás engendros. Menos mal que nos queda Carmen Alcayde (las dos Carmen Alcayde)
Los chicos del muelle, los cristales tintos del suelo, baked beans, viejas tabernas irlandesas, planes de fuga.
Chandler, Scott Fitzerald, Dylan Thomas. Quizás Joyce.
Me gusta.
Otros nos quedamos aquí, matando el tiempo. Con lo que le cuesta morirse!
Courage up.
No por dios, nada más lejos de mi intención que recordar el anagrama del tomate! Cuánto daño ha hecho el susuodicho progama a este país...
Pensé que era ilustrativa esta imagen en más de un sentido, ya iréis viendo, calma Dartagnan. Y gracias por la bienvenida.
Un estreno sólido, como un envase perdurable.
A prueba de golpes y dispuesta a pelear si entorpecen tu camino.
Estupendo comienzo.
Agradable ver por aquí otro registro, que recoge las influencias de mil lecturas compartidas al calor de una tertulia... No es cosa de citar nombres (ya se me ha adelantado "el usuario anónimo" :-S), pero esa parte tan anglófila, tan principios-mediados del XX que ha obtenido tantas veces representación en la tertu es un saludable soplo de aire fresco... Este coro a muchas voces que es este blog (y, ejem, los blogs periféricos) no hace sino enriquecerse con estas felices irrupciones.
En cuanto al nombre... Eso de "Lya", leído en perfecto inglés de Boston (tirando hacia Pittsburgh) se diría algo asíN como "laia"; ¿transcripción fonética de "lier", "mentirosa" in english?...
Mmmmmm....
Es curioso como un icono de la cultura pop, asociado claramente a un movimiento cultural - pictórico, incluso a una forma de entender el arte, genera hoy asociaciones automáticas como las que describe JL. Lata de Campbells --> Telebasura. Saquean cualquier referente, lo mastican y escupen convertido en auténtica mierda irreconocible. El sistema de referencias se ablanda, se convierte en una papilla repugnante para el consumo masivo.
Me ha sentado mal el desayuno.
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