miércoles, agosto 30, 2006

Descansando, VI

María, he de comentarte algo, Vienes de hablar con el médico, Sí, cariño, Entonces no me lo digas, lo sé hace una semana, Cómo es eso, No te lo quisimos decir porque aún no era seguro, pero el doctor ya nos previno al salir de la operación, Y cómo has aguantado, Por amor, Cuánto tiempo ha dicho, Ha sido poco preciso, varios meses, Seis meses, me dijo a mí, Qué sola te vas a quedar, Más solo estarás tú, Gracias por el ánimo, No hay nada que pueda decirte que te anime, no pienso caer en las tonterías habituales, no es mi estilo, Yo tampoco quiero decir ninguna tontería, Te quiero, Yo a ti también, sabes, Lo sé, no quiero que mueras, Nadie quiere, Y los suicidas, Ellos sólo eligen el mal menor, Cómo puede haber algo peor que la muerte, no lo entiendo, Eso, querida mía, sólo quiere decir que no eres una suicida, Tienes miedo, Lo tengo, cariño, No llores, mi niño, de qué sirve llorar, De qué sirve la vida.

2 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Recuerdos de una conversación importante suspendida en el espacio tiempo, entrelazados con un mónologo interno. Me gusta. Pero pobrecillo, durante cuánto tiempo más va a seguir apegado a su recién dejada existencia, sin que su conciencia afronte su nueva condición? Si es que ésta existe, claro.

4:47 p. m.  
Blogger José L. Muñoz Expósito dijo...

Creo que has penetrado perfectamente en la esencia de la historia, mañana,último capítulo, verás por qué lo digo.
Un beso, Leonor.

5:26 p. m.  

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