sábado, septiembre 09, 2006

Asistente Social, IV

Cuando encontré la dirección en el mapa callejero, observé que se encontraba en un arrabal de la ciudad, me iba a llevar media hora de camino, al menos. Deje el mapa en la guantera y arranqué. Fui notando cómo los pisos se hacían cada vez más bajos, se convirtieron progresivamente en casas. La gente ya no andaba ordenadamente por la acera ni cruzaba por los semáforos; las calles se convirtieron en un babel que sería muy peligroso de no ser por la disminución del número de coches. Si no fuera por que la transformación fue gradual, con lo que me dio tiempo a ir cambiando continuamente mis percepciones, diría que la visita se iba a producir en un pueblo.

Aparqué junto a un plátano en una acera cuidada y limpia y me puse a buscar la dirección. Pocos segundos después me encontré con una disposición simétrica apasionante: a ambos lados de un inmenso muro de ladrillo rojo crecían y se separaban dos casas muy parecidas, pero cuya construcción especular invitaba al enfrentamiento. Cosas de la psicología, en ese momento estuve completamente convencido de que el caso no era más que unos vecinos cabreados entre sí. Así que no dudé un instante en cuál casa debía iniciar la investigación: la del denunciante. Suele ser el más enfadado. Consulté el número, era la casa de la izquierda. La única diferencia observable era que la puerta estaba pintada de verde, la otra, era de madera basta y sin barnizar. Me acerqué a la casa del denunciante y llamé decididamente al timbre. Tardaron en abrir.

3 Comentarios:

Blogger Julio Abelenda dijo...

Estamos a la expectativa de que comiencen los fuegos artificiales... ¿Quizá deberías haber agrupado estas cuatro entradas en sólo dos? De momento apenas has creado la voz narradora (cínico y proverbial funcionario) y presentado un poco la situación. Dale, esperamos la irrupción de lo perverso...

12:50 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Sí, dale caña, que le pase de una vez algo realmente estremecedor a este ínsipido funcionario. Creo que el ambiente que retratas está muy bien conseguido, es tan real que me desagrada, a veces uno olvida como es el 99% del funcionariado..

11:35 p. m.  
Blogger L Malaletra dijo...

Como ya te dije hace tiempo, los asistenctes sociales a partir del cine de terror japonés se van a convertir en los nuevos investigadores del siglo XXI. Tambien en "adopción" aparecía la sombra de un trabajador social. Quizás son tambien una forma de inquisición social que vela por las buenas costumbres.

6:28 p. m.  

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