Lecturas de Septiembre
I Lecturas Sobresalientes.
II Lecturas Interesantes.
III Pasaron Desapercibidas.
IV Tiempo Perdido.
V Lecturas Parciales
1.- Tolstoi, L. N., “Ana Karenina”. He leído este monumento por segunda vez y me ha transmitido la misma intensidad que en la lectura precedente. Dos parejas antagónicas son confrontadas magistralmente: Levin – Kitty, Vronsky – Ana. Las ideas defendidas no han perdido vigencia en estos 130 años, únicamente las convenciones sociales parecen algo trasnochadas.
II Lecturas Interesantes.
2.- Skármeta, A., “El Cartero de Neruda”. Del libro, la cuasihomónima película. Cambiando Isla Negra por Sicilia. Pero la misma magia, la misma belleza, el mismo amor apasionado por la poesía, por la vida, por la vida poética, por la vida de los poetas, del Poeta Neruda. Inolvidable lectura.
3.- Barea, A., “La Forja de un Rebelde I, La Forja”. Primera parte de la autobiografía novelada del republicano exiliado en Londres. Su mayor acierto: aunque la escribe un adulto recordando su infancia no se permite la reflexión, sólo narra los hechos, lo que hace que el lector sea juez y parte, amén de disfrutar así de una narración más amena.
4.- Barea, A., “La Forja de un Rebelde II, La Ruta”. En esta segunda entrega el nivel literario decae, sin embargo, el componente documental y el valor histórico de lo narrado – la guerra de África – compensa con creces el esfuerzo.
5.- Asimov, I., “Soplo Mortal”. Una sorprendente historia policíaca: un asesinato en el departamento de Química Orgánica, contada con la genial sencillez del maestro rusoamericano, sencillez por la que es denostado en algún barrio, admirado en otros.
3.- Barea, A., “La Forja de un Rebelde I, La Forja”. Primera parte de la autobiografía novelada del republicano exiliado en Londres. Su mayor acierto: aunque la escribe un adulto recordando su infancia no se permite la reflexión, sólo narra los hechos, lo que hace que el lector sea juez y parte, amén de disfrutar así de una narración más amena.
4.- Barea, A., “La Forja de un Rebelde II, La Ruta”. En esta segunda entrega el nivel literario decae, sin embargo, el componente documental y el valor histórico de lo narrado – la guerra de África – compensa con creces el esfuerzo.
5.- Asimov, I., “Soplo Mortal”. Una sorprendente historia policíaca: un asesinato en el departamento de Química Orgánica, contada con la genial sencillez del maestro rusoamericano, sencillez por la que es denostado en algún barrio, admirado en otros.
III Pasaron Desapercibidas.
6.- Barea, A., “La Forja de Un Rebelde III, La Llama”. Aunque la crítica no suele estar de acuerdo, me parece la más floja de las tres partes. La guerra civil no es el marco de la acción, sino la razón de la escritura, y eso la hace personaje, dificultando la identificación del lector con los verdaderos participantes. El valor documental sigue siendo innegable.
7.- Dickens, C., “Novela de Vacaciones”. Una novela que intenta educar a los niños contándoles una historia en que los niños intentan educar a los mayores. Maravillosa idea. Pero no funciona, literariamente.
8.- Blasco Ibáñez, V., “Oriente”. Inusitado libro de viajes del escritor valenciano, desde Suiza hasta Estambul, donde pasa unos meses inolvidables. Las demasiadas referencias a la política del momento, a priori interesantes, llegan a cansar.
9.- Cervantes, M. de, “Novelas Ejemplares VII, El Celoso Extremeño”. A veces, la moralina trasnochada del siglo de oro tiene el sabor de un vino viejo y la simpatía de lo extraño. Pero siento que la temática de las Ejemplares está lejos de mis actuales necesidades literarias.
10.- Tolstoi, L. N., “La Sonata a Kreutzer”. La narración de un crimen pasional por el mismo asesino mientras viaja con su interlocutor en una noche de tren interminable. Sobra el “comentario”, donde el gran Tolstoi se ve empujado a justificar la obra desde un punto de vista excesivamente reaccionario para poder evitar la censura.
7.- Dickens, C., “Novela de Vacaciones”. Una novela que intenta educar a los niños contándoles una historia en que los niños intentan educar a los mayores. Maravillosa idea. Pero no funciona, literariamente.
8.- Blasco Ibáñez, V., “Oriente”. Inusitado libro de viajes del escritor valenciano, desde Suiza hasta Estambul, donde pasa unos meses inolvidables. Las demasiadas referencias a la política del momento, a priori interesantes, llegan a cansar.
9.- Cervantes, M. de, “Novelas Ejemplares VII, El Celoso Extremeño”. A veces, la moralina trasnochada del siglo de oro tiene el sabor de un vino viejo y la simpatía de lo extraño. Pero siento que la temática de las Ejemplares está lejos de mis actuales necesidades literarias.
10.- Tolstoi, L. N., “La Sonata a Kreutzer”. La narración de un crimen pasional por el mismo asesino mientras viaja con su interlocutor en una noche de tren interminable. Sobra el “comentario”, donde el gran Tolstoi se ve empujado a justificar la obra desde un punto de vista excesivamente reaccionario para poder evitar la censura.
IV Tiempo Perdido.
11.- Clarín, L. A., “Su Único Hijo”. La otra novela de Clarín junto con La Regenta, no le llega a ésta ni a la suela de los zapatos. ¿Cómo un autor capaz de apasionarnos en las calles de Vetusta puede repetir “prurito” veinte veces en dos capítulos, como un colegial que acaba de aprender el vocablo?
12.- Laffitte, S., “Estudio Preliminar a las Obras Completas de Chéjov”. Y es que no aprendo. ¿Te emborrachas acaso oyendo hablar del vino? Hay que beberlo, no hay otra manera. Menos estudios preliminares y más Chéjov.
12.- Laffitte, S., “Estudio Preliminar a las Obras Completas de Chéjov”. Y es que no aprendo. ¿Te emborrachas acaso oyendo hablar del vino? Hay que beberlo, no hay otra manera. Menos estudios preliminares y más Chéjov.
V Lecturas Parciales
- Dovstoievski, F., “Los Hermanos Karamazov”, Segunda y Tercera partes. ¿Eran necesarias las pesadísimas digresiones de la segunda parte para crear la atmósfera para la magistral tercera?
- Homero, “La Ilíada”, Cantos XVIII y XIX. Aquiles, desesperado por la muerte de su querido Patroclo, decide vengarlo en la persona de Héctor. Hefesto, el Dios Herrero le prepara nuevas armas. En el canto XIX el Pelida se reconcilia con el Atrida y se dispone a la batalla. He leído este canto de una sentada: la carga épica es insuperable.
- Proust, M., “En Busca del Tiempo Perdido II, A la Sombra de las Muchachas en Flor”, páginas 1-50. Emprendemos la relectura de esta obra cumbre, empeñados en la realización de un utilísimo índice onomástico de toda la obra.
- Cervantes, M. de, “Don Quijote”, II Parte, capítulos 23 al 26. Al salir de la cueva de Montesinos, caballero y escudero vuelven a encontrarse con el galeoto liberado Ginés de Pasamonte.
- Martin, G. R. R., “Song Of Fire And Ice, IV, A Feast For Crows”, Prologue. Mientras esperamos la traducción de este cuarto tomo, le iremos metiendo mano a la versión inglesa, aunque – con el corazón en la mano – leo más páginas del Collins que del libro.
4 Comentarios:
La narración de Tolstoi me pareció impresionante.
Si además, se escuchan los contundentes acordes de Beethoven simultáneamente, un torbellino de pasiones inundará "el saloncito burgués" de tu intimidad.
Edición en Cuadernos del Acantilado, con tacto exquisito durante la lectura.
Barea esperando en retaguardia.
Besos.
Me ha mareado tu lista, con una insana sensación de envidia y apabulle. Puedo imaginar las toneladas de satisfacción vinculadas a tus lecturas.
De la lista, comparto tu apreciación de las obras de Tolstoi (incluyo la SOnata) y de Barea. Nunca podría poner a Asimov junto a estos autores: como sabes, no le tengo la mínima simpatía literaria (soy del barrio de Bradbury, Ballard y K. Dick). Y rescataría la novela de Clarín, a pesar de su falta de gancho y precisión.
En fin, keep on rockin.
... me pregunto cual es la velocidad de tu lectura; si decides previamente a qué velocidad lees cada obra o es su interés o dificultad intrínseca la que te condiciona; por otra parte, apabulllante y digno de envidia mes de Septiembre; si tuvieras que elegir entre un festin literario y otro vital (intenso, enriquecedor y feliz) qué elegirías. Imposible compatibilizar: mójate.
Querido anónimo, me mojaré, siempre lo hago. Pero antes de eso, discreparé de tu idea de que la vida y el papel no se pueden compaginar. Tengo la suerte de tener mucho tiempo en el que puedo elegir que hacer, en ese tiempo, doy prioridad a la lectura. Pero mi vida personal y de relaciones es rica y variada, y completamente satisfactoria. Dicho de otra forma, en misa y repicando.
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