Semillas en Noviembre - VII
VII.
Con manos temblorosas sujetó aquel trozo de papel que había de canjear en el banco. No podía creer que hubiera estado tantos años pasando penurias con semejante herencia. Si su padre no confiaba en su esposa, ¿por qué no dejó que Morgan administrase el dinero hasta su mayoría de edad?
Pasaron buena parte de la madrugada charlando sobre todo aquello, mientras se servían una taza de té tras otra. La mirada de Morgan era triste y seria a la vez, como si supiera cosas que no quería desvelarle en ese momento por temor a hacerle daño, y al mismo tiempo, le pidiese un poco de comprensión. Darell suspiró hondo y clavó la vista en la lámpara de pie, y le pareció que le devolvía una clara luz tenue y compungida. Según las vagas explicaciones de Morgan, su padre heredó en tiempos unos doscientos acres de explotación agrícola y mil cabezas de ganado. Cuando se separó de Eileen, se dedicó durante unos años a trabajar la tierra, hasta que la enfermedad irrumpió de pronto sin previo aviso. Darell sólo tenía entonces doce años, y no creyó propio para una niña de su edad el dedicarse a tales asuntos, sobre todo en lo que respectaba a eliminar a garrotazo limpio a todo aquel ovino que tuviera alguna tara física y que por tanto, no fuera apto para la venta o el trueque. Si hubiera llegado a conocerla mejor, probablemente no hubiera pensado lo mismo.
Con un gesto de aplomo, fue recomponiéndose poco a poco de la irrupción en su vida de aquel suculento cheque bancario, y fue tomando forma el proyecto que había estado barruntando durante los últimos años. Sus ojos brillaron al tiempo que una leve sonrisa se dibujaba en sus labios. Morgan ya se temía cuál iba a ser la propuesta aún antes de ser formulada; su ceño fruncido albergaba serias dudas al respecto.
Pasaron buena parte de la madrugada charlando sobre todo aquello, mientras se servían una taza de té tras otra. La mirada de Morgan era triste y seria a la vez, como si supiera cosas que no quería desvelarle en ese momento por temor a hacerle daño, y al mismo tiempo, le pidiese un poco de comprensión. Darell suspiró hondo y clavó la vista en la lámpara de pie, y le pareció que le devolvía una clara luz tenue y compungida. Según las vagas explicaciones de Morgan, su padre heredó en tiempos unos doscientos acres de explotación agrícola y mil cabezas de ganado. Cuando se separó de Eileen, se dedicó durante unos años a trabajar la tierra, hasta que la enfermedad irrumpió de pronto sin previo aviso. Darell sólo tenía entonces doce años, y no creyó propio para una niña de su edad el dedicarse a tales asuntos, sobre todo en lo que respectaba a eliminar a garrotazo limpio a todo aquel ovino que tuviera alguna tara física y que por tanto, no fuera apto para la venta o el trueque. Si hubiera llegado a conocerla mejor, probablemente no hubiera pensado lo mismo.
Con un gesto de aplomo, fue recomponiéndose poco a poco de la irrupción en su vida de aquel suculento cheque bancario, y fue tomando forma el proyecto que había estado barruntando durante los últimos años. Sus ojos brillaron al tiempo que una leve sonrisa se dibujaba en sus labios. Morgan ya se temía cuál iba a ser la propuesta aún antes de ser formulada; su ceño fruncido albergaba serias dudas al respecto.
Enviado por Lya
4 Comentarios:
Darell... un talón, easy money...
Esta temática me recuerda, aunque en Inglaterra, "Grandes Esperanzas" o "Casa Desolada" del genial Dickens, lecturas que recomiendo. Yo he disfrutado como un enano con ellas...
Te seguimos, Lya, ánimo.
Gracias d'artagnan. Pronto se desvelará que va a hacer con el suculento cheque bancario...
Un beso.
Estimada Leonor:
saboreando té con aroma a menta y tras releer desde su inicio "semillas de noviembre", me apetece escribir la impresión, de lectora atraída por Darell, que pulula en mi cabeza.
Desde los golpes iniciales de la primera entrega, se fueron perfilando las inmediaciones de un puerto, muelles, taberna, fábrica de conservas....
Una Darell de cicatriz en ceja que procura camuflar sus formas con indumentaria tosca, masculina.
Esbozo de proyectos sobre su futuro en la fábrica, dispuesta a defenderse sola con cierto aire de autosuficiencia tras superar los primeros asaltos (entrada I)
Entregas IV-V: aproximación a Morgan. Tutor? ubicado en un ambiente completamente distinto al de las primeras lecturas, dando paso a circunstancias oníricas-introspectivas que nos dirigen hacia un giro interno.
Me gustó mucho el fragmento de sueño, esa cuña extraña, que intercalaste.
Entregas VI-VII: mirada exclusivamente interna, veloz, que nos traslada a posibilidades nuevas, introducidas a bocajarro y que anticipan un posible final.
Impresión de haber perdido muchas páginas por el camino.
Me han arrancado capítulos de la primera mitad tras una apertura nueva, atrevida, atrayente.
Entradas intermedias con Morgan, se anuncia un cambio... y se han llevado el resto dejando el final.
Esta historia puede crecer en tu cabeza, primero, y si lo permites, después, echar raíces en la nuestra -en la mía-.
Imagino la aventura difícil pero a la vez gustosa, de colacar las piezas que construyen cualquier historia.
Y más difícil, delicada, cuando asoman muchas miradas -silenciosas- a estas páginas.
Una de esas miradas -con voz cercana- sigue esperando... Un abrazo
Lúcido y preclaro análisis de la estructura del relato hecho por Gela. En cuanto a capacidad crítica y de adjetivación creo que eres la mejor, y que conste que no lo digo solo por los comentarios de mis textos. Gracias por tener la paciencia de releer todas las entregas.
Sí, ya se. Tienes razón. La historia de Darell se ha ido convirtiendo en embrión de un proyecto más extenso, no solo en vuestras cabezas, sino también en la mía. Disculpas a los lectores. Siento que se hayan "perdido" los capítulos intermedios, así como los que siguen a la última entrega, que en realidad puede convertirse en antesala de esta historia parcialmente inacabada... Pero de verdad, no puedo plantearme ahora mismo el recrear el argumento en todo su explendor, este relato que ha ido convirtiéndose (se me ha ido de las manos) más bien en fragementos de novela que otra cosa. Me alegro no obstante que os hayan gustado el ambiente y los personajes, e intentaré rematarlo más adelante, cuando pueda disponer de algo más de tiempo.
Un beso.
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