El Resbalar de las Balas
Silencio: continúas vigilando.
Las estrellas son un aporte mínimo de luz
en la negrura infinita del cielo.
Se rompe la noche: disparos.
El resbalar de las balas por entre los estratos aéreos
asusta en la trinchera de los sueños terminados.
El negro enemigo, enfrente, no existe:
un espejo intangible refleja nuestro ocaso.
Hace frío: tienes miedo.
Los abetos mueven sus ramas pavorosamente,
guardan un rumor de vientos antiguos en la nieve.
Amanece: estás solo.
Empezó como el sordo rumor de la tormenta lejana;
pronto degeneró en la inhumana voz de los tanques.
La vida es un acto de voluntad en la procreación.
Mas la muerte una mera cuestión de azar.
Llueve: quieres purificarte.
Un bautismo virtual que limpie los pecados de otros,
que lave la certeza de ser otro por querer olvidar el yo.
Anochece: quieres morir.
Lo levanté con el fusil para saludar los de enfrente,
y me contestaron alzando el mismo casco.
Entonces disparé rabiosamente, hacia delante;
contemplé como en una pantalla mi propia muerte.
El suelo: masticas su esencia.
La luna reflejada en los charcos manchados,
tus ojos distinguen colores extraños.
Roja la luna: pero tuya es la sangre.
Las estrellas son un aporte mínimo de luz
en la negrura infinita del cielo.
Se rompe la noche: disparos.
El resbalar de las balas por entre los estratos aéreos
asusta en la trinchera de los sueños terminados.
El negro enemigo, enfrente, no existe:
un espejo intangible refleja nuestro ocaso.
Hace frío: tienes miedo.
Los abetos mueven sus ramas pavorosamente,
guardan un rumor de vientos antiguos en la nieve.
Amanece: estás solo.
Empezó como el sordo rumor de la tormenta lejana;
pronto degeneró en la inhumana voz de los tanques.
La vida es un acto de voluntad en la procreación.
Mas la muerte una mera cuestión de azar.
Llueve: quieres purificarte.
Un bautismo virtual que limpie los pecados de otros,
que lave la certeza de ser otro por querer olvidar el yo.
Anochece: quieres morir.
Lo levanté con el fusil para saludar los de enfrente,
y me contestaron alzando el mismo casco.
Entonces disparé rabiosamente, hacia delante;
contemplé como en una pantalla mi propia muerte.
El suelo: masticas su esencia.
La luna reflejada en los charcos manchados,
tus ojos distinguen colores extraños.
Roja la luna: pero tuya es la sangre.
7 Comentarios:
eco lejano de una "crecida", Blas de Otero
Hola, gela, mi cangrejo te sigue esperando... quiero decir que tus críticas, casi siempre demasiado benévolas, suponen el mejor acicate para mi Anima Bestiarium.
!!Y si me tienes que dar caña, me la das, que seguro la merezco!!
Un beso.
Me ha puesto "nerviosa" eso de mi cangrejo te sigue esperando....
Esta tarde te comento. Un beso
Veo una claridad y una rotundidad en este poema que me encanta, JL. Sobre todo me gusta cómo has sabido jugar con los paralelismos en los versos primeros y últimos de algunas estrofas. El primer quiasmo genial, estructuras gramaticales cruzadas, como dos balas que cruzan sus trayectorias en la noche.
El mejor de todos los poemas que has colgado hasta ahora.
Limpio, preciso, evocador en todas las imágenes que se van deslizando en su recorrido: luz, sonidos, reflejos, se conjugan en una armonía equilibrada que se cuela cuando lo estás leyendo.
Perfecta esa descripción de leonor: "quiasmo... como balas que cruzan sus trayectorias en la noche" un recorrido inverso que se cruza. Me ha chiflado.
PD: antes estaba trabajando, no podía contestarte mejor J.L.
Comentar poesía es, valga el simil por el contenido del poema, atravesar un campo de minas bajo el fuego cruzado. Si algo refleja nuestro yo más tierno y desacorazado son los versos. Tocarlos es pinzar una arteria en carne viva.
Los poemas de D´Artagnan suelen ser trasmisores de potentes ideas. En este, además, lo hace através de imágenes. Lo cual creo un logro:
"El resbalar de las balas por entre los estratos aéreos"...
"Los abetos mueven sus ramas pavorosamente,
guardan un rumor de vientos antiguos en la nieve"...
"La luna reflejada en los charcos manchados,
tus ojos distinguen colores extraños.
Roja la luna: pero tuya es la sangre"
Creo que ahí están los máximos aciertos del poema. La explicación se ausenta y deja paso a una imagen. Estupendo.
Lo que me gusta menos: quizás sobre alguna palabra. Una palabra de más puede lastrar un verso.
Enhorabuena.
gracias Doc Leo.
Como sabes, me asusta "la desnudez" de la poesía, que sea un demasiado claro reflejo de mí mismo. No tengo vocación de exhibicionista. Lo único que me tranquiliza es que lo que muestro, que efectivamente soy yo mismo, es todo menos claro... Al menos para mí, por eso escribo.
Un abrazo.
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