El poeta del frío
Hay luz dentro de la sombra, cunde
la centella bajo sus alas inmóviles.
Son mortales las médulas
ocultas en la luz.
Antonio Gamoneda (Oviedo 1931).
Poeta desmarcado de su generación, desmarcado de cualquier generación y, en todo caso, de la triunfante poesía de la experiencia cotidiana.
Poeta del frío, de lo situado un paso más allá de la experiencia sensible, de lo apenas expresable.
Poemas en el límite de la comprensión, que pulsan oscuras y graves cuerdas.
Ante las viñas abrasadas por el invierno, pienso en el miedo y en la luz
(una sola sustancia dentro de mis ojos),
pienso en la lluvia y en las distancias atravesadas por la ira.
(una sola sustancia dentro de mis ojos),
pienso en la lluvia y en las distancias atravesadas por la ira.
Podemos creer que los versos y sus símbolos invitan a la adivinanza, al aforismo.
Al contrario: evitar el desciframiento y el subrayado, abandonarse al enigma, dejar que las palabras resuenen en el sótano.
Llegan como subterráneos gavilanes hasta donde sólo el lenguaje poético alcanza.
Al centro de la sombra y sus venenos.
Vigilaba la serenidad adherida a las sombras,
los círculos donde se depositan flores abrasadas,
la inclinación de los sarmientos.
los círculos donde se depositan flores abrasadas,
la inclinación de los sarmientos.
Algunas tardes, su mano incomprensible nos conducía al lugar sin nombre,
a la melancolía de las herramientas abandonadas.
a la melancolía de las herramientas abandonadas.
Orfandad, miseria y guerra, ruina y resistencia: triste lugar de nacimiento. En su obra “Mortal 1936” los poemas de Gamoneda, acompañados de unas serigrafías de Barjola, vuelven la mirada hacia la matanza de la plaza de toros de Badajoz.
Veo el mercurio en las pupilas, líquidos
negros, la fertilidad
de los cuchillos y las sombras; veo
los agujeros y los párpados.
Siento la herida musical, el llanto
multiplicado por el viento, el sol
en la pared de los agonizantes.
negros, la fertilidad
de los cuchillos y las sombras; veo
los agujeros y los párpados.
Siento la herida musical, el llanto
multiplicado por el viento, el sol
en la pared de los agonizantes.
Edad (1987): compilación revisada de los poemas escritos hasta esa fecha.
Libro del frío (1993)
Libro de los venenos (1995)
El cuerpo de los símbolos (1997)
Arden las pérdidas (2003)
Premio Castilla y León de las Letras en 1985
Premio Nacional de Poesía en 1988 por «Edad»
Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana XV Edición por el conjunto de su obra
Premio Cervantes en 2006.
9 Comentarios:
Leí hace un par de años "El libro de los Venenos"; me gustó muchísimo, Anima Bestiarium tiene puntos comunes con este libro de Gamoneda. Una mirada hacia atrás, hacia Grecia, hacia Roma, hacia el medievo...
"Abandonarse al enigma"....
No existe realidad detrás de esas asociaciones. Se recoge el eco de percepciones íntimas. Pedazos de un desmoronamiento que genera sonidos fríos, afilados, paralizantes.
Libro del frío y Arden las pérdidas: los dos contactos recientes que me "impresionaron"
Perfecto ``.... poeta de lo apenas expresable..´´.
Buen consejo el ABANDONO, evitar su análisis/traducción...
Barjola expresionista, maridaje perfecto, abstracción/pintura/poesía. .
Te agradezco esta entrada y te pido que retomes los artefactos, llevo tiempo sin entrar debido su ausencia.
La realidad detrás de las asociaciones se genera por la fuerza expresiva y carga simbólica de este particular lenguaje elegido como herramienta básica de trabajo. Abandonarse a las impresiones que transmitan las palabras, sean estas las que sean, y produzcan las visiones que produzcan.
Algo que me ha llamado la atención. La utilización repetitiva de las luces y las sombras. Establecer contrapuntos léxicos o pintar paisajes de claroscuros?
La sombra y sus rincones luminosos parecen un leitmotiv de Gamoneda, hasta el punto que en la primera versión de esta breve introducción el título elegido fue "El poeta de la sombra".
Os recomiendo vivamente "El libro del frio", ofrece al lector una experiencia inusual.
Cansado de clichés y rutinas literarias, Gamoneda es para mi un soplo de aire (frio y sombrío) que aleja esa constante sensación de "lo ya leido".
Saludos
Completamente de acuerdo y entusiasmado con esta entrada de Doc L. Gamoneda es un poeta esencialista a experimentar, que viene del frio, atraviesa todas las creencias y está más allá de las sombras, en la claridad sin descanso. A quien le guste el Libro del frío le recomiendo que siga con Arden las pérdidas. Pero recomiendo vivamente y sobre todo leer la antología de Galaxia Gutembreg: Esta Luz, para apreciar la transición entre los primeros poemas dolientes, a veces gemebundos, y la fria claridad de los más recientes.
Lectura hirviente de una materia helada para, sin dejar de creer en la ira, aceptar el cansancio, la confusión, la inutilidad, el olvido ... y los tubos de la muerte.
Yo le he dado la mano y acariciado la nieve.
"Siempre he evitado rutas oficiales, los palacios, las figuras importantes, la gran política.
Prefería subirme a camiones encontrados por casualidad, recorrer el desierto con los nómadas y ser huésped de los campesinos de la sabana tropical...."
Desde esta primera escarcha urbana, desde los bordes afilados de las pérdidas condensadas en una única pérdida y con jirones de niebla en la memoria:
deseos de "claridad sin descanso" para A. Kapuscinski.
Descanse en paz, maestro.
Sus viajes por África, por el Irán del Sha, por Rusia, por China... sus páginas llenas con la ironía que da y necesita la lucidez, su prosa ágil, comunicativa, casi ecuménica.
Descanse en paz, maestro Kapuscinsky.
Reportero,entre narrador y periodista,capaz de componer un mundocargdo de inquietud.-Intenta cambiar ese mundo lleno de miserias y sufrimiento.
El tumbao
Publicar un comentario
<< Home