El mejor cuento de la historia
Es la humilde intención de Saint-Gervais elegir el mejor cuento de la historia. El mejor relato de nuestra vida. Para ello será imprescindible la colaboración generosa de los visitantes de este blog, su participación a través de un ejercicio de memoria literaria.
Surge una primera cuestión ¿de qué hablamos cuando hablamos de “un cuento”? ¿Es una simple cuestión de páginas?
Sabemos desde el sobrevalorado y ocurrente Monterroso, que un cuento podría caber en una escueta línea (tengo mis dudas). Son muchas las antologías y concursos que priman los microrrelatos, la literatura hiperbreve, tan corta en longitud como en calidad en la gran mayoría de los casos. Más cercanas a la ocurrencia símpática, al garabato de servilleta, que a la creación literaria, discurren estas breverías.
¿Podríamos delimitar una extensión máxima para un cuento? Preferiría no hacerlo. Richard Ford incluye a “Bartleby el escribiente” de Melville en su Antología del Cuento Norteamericano. A mí, como respuesta, me basta.
Definir un cuento en función de su longitud es tan insuficiente como inevitable.
Creo más interesante revisar las ideas de Poe sobre los elementos constitutivos de un cuento, teorías apoyadas por autores como Somerset Maugham cuando dice que un cuento es “una línea recta dotada de unidad de efecto y unidad de impresión”.
Poe insistió en que la longitud del cuento debía permitir que fuese leído de una sentada, en un único acto de lectura; en el relato, la estructura formal debería someterse a la unidad de efecto, estar a su servicio; y el cuento debería causar impresión y satisfacer al lector, dejando en él una imagen perdurable.
A partir de Poe otros elementos se han ido añadiendo a este listado de características del buen relato: su concreción y precisión, la proporcionalidad, el control del autor sobre el texto, la naturaleza de artificio destinada a impactar y dejar una impronta en el lector (como definitiva prueba del algodón literario).
Actualmente puede estar llevándose demasiado lejos la necesidad de impacto. El efectismo se reduce a ejercicios de vano funambulismo y prestidigitación. Algunos libros de cuentos son un recetario de trucos de cacharrería que sólo buscan la complicidad inmediata con el lector, tan insípidos como vanamente urgentes.
Un exceso de apego a cualquier definición habría imposibilitado la génesis de cuentos de autores como Kafka, creador de textos marginales, desproporcionados, borrosos en sus límites narrativos. Por esto, uno de los problemas del cuento podría ser la estrechez y restricciones de sus fronteras, el sometimiento manso a la estructura clásica de la obra en pequeño formato. Creo que las definiciones no resisten el empuje creativo de los genios, y se desploman como inútiles murallas.
Y también creo que un buen cuento debe aspirar a ser perfecto.
Es su objetivo absoluto. No puede permitirse desfallecimientos ni tropezones. Y tiene que sortear los problemas inherentes a cualquier narración corta: la falta de matices, la parcialidad de sus indagaciones exploratorias, la apariencia de marionetas de sus personajes, el recurso a las soluciones fáciles de cocina rápida, la insipidez pasajera que huele a taller y a falta de talento.
Los cuentos son reconocibles, no definibles. Tendremos que fiarnos de nuestra intuición de experimentados lectores con mucho mundo entre líneas.
Espero disculpen esta disquisición que solo pretende introducir la propuesta inicial de Saint Gervais: elegir entre todos (y todas) el mejor cuento de la historia. Un divertimento más interesante que rumiar los deméritos de una definición.
Para ello necesitamos que ustedes nos manden 5 cuentos en orden de preferencia, con una única limitación: el autor debe estar muerto. Los multinikers se limitarán a enviar una sola lista, consensuándola previamente con sus múltiples heterónimos. Saint-Gervais procesará los datos para ofrecer la lista final. Los cuentos seleccionados podrían ser objeto de análisis, comentarios, reescrituras u otros juegos posteriores. A alguien se le puede ocurrir una banda sonora para los cuentos que proponga, las canciones que idealmente podrían acompañar su lectura, o un lugar priviliegiado para leer esos cuentos.
Esperamos sugerencias.
Yo abro el fuego con mis 5 cuentos
1. “La colonia penitenciaria”. Kafka.
2. “Casa tomada”. Cortazar.
3. “El corazón delator”. Poe.
4. “Bartleby el escribiente”. Melville.
5. “La pequeña Roque”. Maupassant.
Esta lista puede pecar de clásica. Lo asumo. Otros muchos se han quedado en la punta del lápiz, y podrían suplantar a cualquiera de los previos: los cautivos en la arena de Kipling, “Maud Evelyn” de H James, “El nadador” de Cheever, “Catedral” de Carver, cualquier cosa de Borges, “Una rosa para Emily” o tantos otros de Faulkner, Chéjov, Bierce, London, Onetti...
El juego merecerá la pena si logramos reconocernos o reencontrarnos en estos cuentos y descubrir territorios aun vírgenes a nuestra mirada.
A fin de cuentas, y siguiendo a Ford, el objetivo de un relato sería devolvernos a la vida con más de lo que teníamos cuando empezamos su lectura.
Surge una primera cuestión ¿de qué hablamos cuando hablamos de “un cuento”? ¿Es una simple cuestión de páginas?
Sabemos desde el sobrevalorado y ocurrente Monterroso, que un cuento podría caber en una escueta línea (tengo mis dudas). Son muchas las antologías y concursos que priman los microrrelatos, la literatura hiperbreve, tan corta en longitud como en calidad en la gran mayoría de los casos. Más cercanas a la ocurrencia símpática, al garabato de servilleta, que a la creación literaria, discurren estas breverías.
¿Podríamos delimitar una extensión máxima para un cuento? Preferiría no hacerlo. Richard Ford incluye a “Bartleby el escribiente” de Melville en su Antología del Cuento Norteamericano. A mí, como respuesta, me basta.
Definir un cuento en función de su longitud es tan insuficiente como inevitable.
Creo más interesante revisar las ideas de Poe sobre los elementos constitutivos de un cuento, teorías apoyadas por autores como Somerset Maugham cuando dice que un cuento es “una línea recta dotada de unidad de efecto y unidad de impresión”.
Poe insistió en que la longitud del cuento debía permitir que fuese leído de una sentada, en un único acto de lectura; en el relato, la estructura formal debería someterse a la unidad de efecto, estar a su servicio; y el cuento debería causar impresión y satisfacer al lector, dejando en él una imagen perdurable.
A partir de Poe otros elementos se han ido añadiendo a este listado de características del buen relato: su concreción y precisión, la proporcionalidad, el control del autor sobre el texto, la naturaleza de artificio destinada a impactar y dejar una impronta en el lector (como definitiva prueba del algodón literario).
Actualmente puede estar llevándose demasiado lejos la necesidad de impacto. El efectismo se reduce a ejercicios de vano funambulismo y prestidigitación. Algunos libros de cuentos son un recetario de trucos de cacharrería que sólo buscan la complicidad inmediata con el lector, tan insípidos como vanamente urgentes.
Un exceso de apego a cualquier definición habría imposibilitado la génesis de cuentos de autores como Kafka, creador de textos marginales, desproporcionados, borrosos en sus límites narrativos. Por esto, uno de los problemas del cuento podría ser la estrechez y restricciones de sus fronteras, el sometimiento manso a la estructura clásica de la obra en pequeño formato. Creo que las definiciones no resisten el empuje creativo de los genios, y se desploman como inútiles murallas.
Y también creo que un buen cuento debe aspirar a ser perfecto.
Es su objetivo absoluto. No puede permitirse desfallecimientos ni tropezones. Y tiene que sortear los problemas inherentes a cualquier narración corta: la falta de matices, la parcialidad de sus indagaciones exploratorias, la apariencia de marionetas de sus personajes, el recurso a las soluciones fáciles de cocina rápida, la insipidez pasajera que huele a taller y a falta de talento.
Los cuentos son reconocibles, no definibles. Tendremos que fiarnos de nuestra intuición de experimentados lectores con mucho mundo entre líneas.
Espero disculpen esta disquisición que solo pretende introducir la propuesta inicial de Saint Gervais: elegir entre todos (y todas) el mejor cuento de la historia. Un divertimento más interesante que rumiar los deméritos de una definición.
Para ello necesitamos que ustedes nos manden 5 cuentos en orden de preferencia, con una única limitación: el autor debe estar muerto. Los multinikers se limitarán a enviar una sola lista, consensuándola previamente con sus múltiples heterónimos. Saint-Gervais procesará los datos para ofrecer la lista final. Los cuentos seleccionados podrían ser objeto de análisis, comentarios, reescrituras u otros juegos posteriores. A alguien se le puede ocurrir una banda sonora para los cuentos que proponga, las canciones que idealmente podrían acompañar su lectura, o un lugar priviliegiado para leer esos cuentos.
Esperamos sugerencias.
Yo abro el fuego con mis 5 cuentos
1. “La colonia penitenciaria”. Kafka.
2. “Casa tomada”. Cortazar.
3. “El corazón delator”. Poe.
4. “Bartleby el escribiente”. Melville.
5. “La pequeña Roque”. Maupassant.
Esta lista puede pecar de clásica. Lo asumo. Otros muchos se han quedado en la punta del lápiz, y podrían suplantar a cualquiera de los previos: los cautivos en la arena de Kipling, “Maud Evelyn” de H James, “El nadador” de Cheever, “Catedral” de Carver, cualquier cosa de Borges, “Una rosa para Emily” o tantos otros de Faulkner, Chéjov, Bierce, London, Onetti...
El juego merecerá la pena si logramos reconocernos o reencontrarnos en estos cuentos y descubrir territorios aun vírgenes a nuestra mirada.
A fin de cuentas, y siguiendo a Ford, el objetivo de un relato sería devolvernos a la vida con más de lo que teníamos cuando empezamos su lectura.
27 Comentarios:
Ahí voy:
1) Kafka, F., "En La Colonia Penitenciaria"
2) London, J., "Ley de Vida"
3) Borges, J. L., "El Evangelio Según Marcos"
4) Poe, E. A., "El Pozo y el Péndulo"
5) Villiers de L'Isle-Adam, "El Tormento de la Esperanza"
No querido repetir autor, para abrir más el campo.
No se me carga la página, amigos. He tenido que llegar a esta entrada haciendo mil vericuetos, visitando relejes de otros blogs varios.
Veamos. ¿Tienen que ser cinco? Qué poco cabalístico.
1.El pequeño señor Friedman. Thomas Mann.
2.Cartas de mamá. Julio Cortazar.
3.Pigmalion. Manuel Vazquez Montalban.
4.El otro. JL. Borges.
5.Los silencios del Dr Murke. Henrich Böll.
Y bueno, si cabe Bartleby también lo incluyo. Y La muerte de Ivan Illich de Tolstoi. Y...
Hola chicos/as. Aprovecho y os mando un saludo a todos. Gracias por esa entrada 'CIEN' en el Blog (Snif). Bueno seguimos en contacto.
Ahí van mis cinco cuentos:
1/ LOS MUERTOS (J. Joyce)
2/ TRES ROSAS AMARILLAS (Carver)
3/ ENCENDER UNA HOGUERA (J. London)
4/ LOS ASESINOS (E. Hemingway)
5/ DILES QUE NO ME MATEN (J. Rulfo)
Excepto el primero, los demás son intercambiables en sus posiciones. Un abrazo.
Buenas, me encantan estos actos de desnudarse en público, el nudismo literario. Me atreveré a jugar en la liga de los mayores a pesar de mis (comparativamente) escasas lecturas (y no es por ponernos a comparar tamaños). El criterio de que el autor deba estar muerto (quiero decir, que lo esté de hecho) elimina algunas de mis elecciones más obvias ("yo sí leo a mis contemporáneos", frase atribuida a Julio Abelenda entre los vapores del alcohol), pero recortando de aquí y ashá, buscando en el baúl de los recuerdos y con una cierta simpatía hacia lecturas de juventud, rescato lo siguiente:
1- La caída de la Casa Usher (E.A.Poe)
2- La casa en la arena (J.C.Onetti)
3- Final del juego (J.Cortázar)
4- Un suceso en el puente sobre el río Owl (Ambrose Bierce)
5- El regreso al hogar del Shamraken (W.H.Hodgson)
Yo no tengo tantos cadáveres a los que pedir disculpas por omitirlos en esta breve lista. Cosas de la edad, supongo. Si acaso, el solitario de Providence, que debe de estar revolviéndose en su tumba e invocando primigenios, perros de Tíndalos y la cólera de Shub-Niggurath para lanzarlo todo sobre mí...
Os veo el jueves (creo -glup!)
Ahí van mis cinco.
-Los muertos, de Joyce.
-La caída de la Casa Usher, de Poe.
-La puerta condenada, de Cortázar.
-La víbora, de Tolstoi.
-Dentro y fuera, de H.Hesse.
Se me quedan otros en el tintero, pero en fin, había que elegir.
Saludos a todos
Abelenda, usted se ha olvidado de mí, pero yo no de usted. Me recordará mientras viva y más allá de la muerte.
HPL
Providence
USA
Mis cinco:
ElSr.BLISS(Tolkien)
La almohada de pluma(Horacio Quiroga).-
El Rey del rio dorado(Ruskin)
Bestiario(Cortazar)
El(Lovekraf)
Carmilla(Sheridan Le Fanu)
He puesto uno más,porque creo que tacharan elcento de Tolkien como demasiado infantil.-
El Tumbao
Tormentosa decisión.
Mi última voluntad:
1-F. Kafka: Un médico rural
2-Nabokov: Signos y símbolos
3-R.Kipling: La extraña cabalgada de Morowbie Jukes
4-N. Gogol: el capote.
5-G. Maupassant: La Casa Tellier
He optado por mis cinco cuentos favoritos, aunque algunos de ellos sean obras que cualquier Harold Bloom consideraría intracendentes para la literatura universal. La selección ha sido estrictamente personal, sin intención de establecer cánones y guiada por la huella emocional que me han dejado las obras. Ahí va mi lista:
1) Jorge Luis Borges / Tlön, Uqbar, Orbis Tertius.
2) Julio Cortázar / El perseguidor.
3) Franz Kafka / La metamorfosis.
4) Ray Bardbury / La cuarta expedición. (Aunque siga brillando la luna - Los colonizadores)
5) Philip K. Dick / La fe de nuestros padres.
Nos leemos.
He introducido un autor vivo en mi lista (Ray Bradbury). Disculpen las molestias ;-)
Ahí va mi alternativa:
4) Guy de Maupassant / El horla.
Seguimos leyéndonos.
Diego, ¿te has olvidado de mí?
¿no escuchastes ese susurro?
..sahib! sahib!
Terminaremos nuestra partida de whist, Al final de la travesía
En mi "Top-Five" debo empezar por los que imprimieron la huella indeleble que guió a los que le siguieron.
Es ésta una lista cronológica de los más importantes, por etapas.
1. EL LIBRO DE LA SELVA (KIPLING)
- Baloo, te quiero...
2. LA ISLA DEL TESORO (STEVENSON)
- Jhon Silver el Largo, ya no me das miedo...
3. LA CAIDA DE LA CASA USHER (POE)
- con el corazón en un puño...
4. CEFALEA (CORTÁZAR)
- malditos roedores...
5. UNA NAVIDAD (CAPOTE)
- regreso a la infancia
Claro, disculpas a Verne, Conrad, Melville, Kafka, Tolstoi...
Otra cosa:¿y los compatriotas?; para debate: ¿porqué no somos más cuentistas en este país? porque cuento no nos falta...
Otro juego: Tu mejor cuento de autor vivo y coleante. A debate tertuliano el elegido. Las reglas: cada participante propone un único cuento completo, se leen todos y se votan.Análisis del metalenguaje y demás jodiuras del cuento ganador.Tamaño (del cuento, esta aclaración es para Don Julio,tan preocupado siempre en aclarar las dimensiones): asumible, a criterio del jurado.¿Qué os parece?
Palabra de Políglota
No aceptamos "El libro de la selva" ni "La isla del tesoro" como animales de compañía. "Bartleby el escribiente está en el límite" por considerarse habitualmente un cuento (largo) y así figura en las antologías.
Señor políglota, busque por favor otros dos candidatos.
Mañana lista provisional de elegidos
Atento y perspicaz amigo Diógenes, ¿cómo olvidarme de esa noctámbula partida de whist con sus cabalgadas en la arena y sus vértigos abisales? Ni la travesía ni su final ni tantos otros relatos del maestro del cuento inquietante pueden olvidarse. Ni del alma sencilla con loro de Flaubert. Ni la trama submarina de Conrad. Ni los chacales, caballos, perros, simios o fieras del hambre que pueblan el mundo de los mundos K. Ni el alma de niño remordido de Hesse. Tampoco me olvido de Madam Fiffí, de los ojos negros con perrito, del nadador con penitencia, del bird alcoholizado perseguidor de vacío, de los pavesianos veranos piamonteses o las putas moravianas, de los pozos pendulos escarabajos campanas dientes del amontillado mundo etílico de Poe, de...
Ma ci sono stritte regole nell gioco, caro amico.
Y yo soy muy obediente. ¡A jugar!
Al muchas lenguas:
En este pais somos todos muy cuentistas, ¿alguien lo duda? Y hay incluso escritores que escriben bien.
Diego ha elegido un escritor nacional, muerto y venerado pese a la contingencia de sus escritos subnormales. ¿Nadie más?
Bueno está bien, no tengo inconveniente: será por cuentos.
Sustituyo a los agraviados por:
1. Bartleby (Melville), que está en el puto límite de la extensión.
2. El copartícipe secreto (Conrad). Si, también es un poco largo pero y La muerte del Illich, de eso nadie se queja. La teneis tomada conmigo.
A los anónimos que opinan:
sigo pensando que el cuento fuera de nuestras froteras tiene más fuerza y tradición. Un solo autor español en las votaciones ya es suficiente prueba; ¿porqué si no las ausencias?
Mi primera entrada con mil dificultades para la eleección, que finalmente va a ser así:
1º. Continuidad de los parques (J. Cortazar)
2º. El Principito (A. de Saint-Exupery)
3ºLa caída de la Casa Usher (E. A.Poe)
4ºEl libro de arena (J.L. Borges)
5ºEl gigante egoista (O. Wilde)
Besos para Doc Leo y Gela. Saludos para todos
Cronopia, tu elección de Cortazar te descubre. Me alegra comprobar que este juego te ha empujado a entrar...
1-El sur ( J.L. Borges)
2-La noche bocarriba ( J. Cortazar)
3- Parece una tontería ( R Carver)
4- El juez Lu (P´u Sung-Ling)..
5-Sensini ( R. Bolaño)
Estos son :
1. La Biblioteca de babel( JL Borges )
Los asesinos ( E. Hemingway
3.William Wilson ( E.A Poe )
4. Tan triste como ella ( JC. Onetti )
5.La noche boca arriba ( J. Cortàzar )
Hay voces que parecen vientos levantados desde la muerte y el olvido.
Ettore, te paseas por un baluarte abandonado hace varios años, pero que ahora es todo tuyo para lo qye gustes.
D'artagnan caro amicco , me encanta tu nombre tan clasico y los autores que has elegido ,creo que los cuentos son atemporales pero allì donde pones Kafka no deberìas poner Jósef Konrad y
" El corazòn de las tinieblas " ?...creo que este relato lo anticipa y prefigura asimismo al mejor Rulfo .
Me cuesta considerar El Corazón de las Tinieblas como un relato, es más una novela, por extensión y contenidos.
El cuento es un misìl y la novela... la guerra misma . En el cuento la intensidad y la unidad interna son esenciales ...en la novela la complejidad de la estructura y el diseño de los personajes es lo prioritario
El cuento es un misìl y la novela... la guerra misma . En el cuento la intensidad y la unidad interna son esenciales ...en la novela la complejidad de la estructura y el diseño de los personajes es lo prioritario
Completamente de acuerdo.
Aunque los verdaderos maestros del relato han sido capaces de contar en unas líneas lo que otros necesitan 100 p.Por ejemplo, cualquiera de Borges o casi cualquiera de Kafka.
Por cierto, con Kafka pasa lo contrario: sus novelas son relatos estirados hasta llegar a aburrir...
Mi querido d'artagnan , estaba analizando el tema de la longitud de un cuento y su percepciòn de valor y recordè " La lecciòn del maestro " de Henry James y " la muerte de Ivan Ilich " del conde Tolstoi y en el segundo mejor que en el primero se justifica la estructura del relato y la pedagogìa del tiempo . Convendrà Ud conmigo querido amigo que ambas piezas podrìan estar perfectamente entre los 5 grandes ? Sè que ud preferirìa otorgar este mèrito a Ambrose Bierce y " El puente sobre el Rio del Bùho " sin embargo me permito sugerirle un comentario sobre el relato de Felisberto Hernàndez " La casa inundada " pocas veces aparecen temas muy originales lo cual a mi juicio podrìa ser la medida para el valor de un cuento. Espero su apreciaciòn . Ettore
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