viernes, agosto 18, 2006

Adopción - 2


La carta

Habías recibido el informe del China Center for Adoptions Affairs unos meses antes. Durante toda la mañana esperaste a que tu esposa regresase del trabajo para abrir la carta.
El sobre palpitaba en tu mano.
Contenía, como el papel enrollado en el interior de una galleta china de la suerte, una vaga descripción de vuestro futuro.
En un folio con membrete ilegible, los escasos datos de filiación de la niña, la fecha y el probable lugar de su nacimiento, el orfanato donde había sido criada (Nang), una somera descripción física, la presunta ausencia de enfermedades junto a una sencilla exploración médica y su calendario vacunal. El informe estaba redactado en un castellano rudimentario pero correcto. Una referencia concisa a una marca de nacimiento tras la oreja derecha, sin especificar detalles. En un lenguaje menos preciso, se daba cuenta de su condición psicológica. Abandonada dos años atrás en un orfanato rural, sin más datos que un arrugado escrito con su nombre y unas frases cuyo contenido no se desvelaba, la niña había crecido sin aparentes problemas. Podía adivinarse entre líneas, según la somera descripción de su conducta, un temperamento silencioso y solitario.
Pronto serías capaz de recitar de memoria su breve contenido.
Lo que realmente te inquietó fue la fotografía.
Parecía, pensaste, la fotocopia borrosa de un fax, granulada y tosca, sin definición, la sombra de una silueta que podría haber sido la de cualquiera, la de nadie.
Os esforzáis en adivinar en la confusa forma fotocopiada a una niña de cara redonda, pelo negro y ojos rasgados que miran al objetivo. No es el retrato espontáneo de una nena distraída o enfrascada en sus juegos. Parece consciente de posar y lo hace de forma concentrada y rígida.
Pero todas estas impresiones, te dices, podrían ser fruto de la ansiedad, la angustia de unos futuros padres adoptivos.

Saint-Gervais ofrece el relato Adopción en breves entregas.
Esta vez tendrá final
.

12 Comentarios:

Blogger José L. Muñoz Expósito dijo...

Pues sí que hay historia sí, además me llega, sí.

Me encanta cómo has jugado con los tiempos, si algo he entendido, el suceso de Adopción-2 es, el tiempo interno del relato, anterior a Adopción-1.

Am I Wrong?

11:24 a. m.  
Blogger L Malaletra dijo...

Thanks
You are right, quite right

11:30 a. m.  
Blogger L Malaletra dijo...

Siento que el inicio no tuviese el color apropiado a tus preferencias, y me alegro de que el asunto comience a interesarte.
Yo (y vosotros tambien, aunque no lo confeseis) reconozco la importancia de los aspectos FORMALES, tanto en lo que leo como en lo que intento escribir (veanse, por ejemplo, las diferencias estructurales y de estilo entre Le Gare y Anima Bestiarium). Esta Adopción es -además de una historia con personajillos que se mueven e incluso viajan- un ejercicio formal más o menos echado a perder.
No voy a repetir unos argumentos de los que ya estais aburridos. Pero pienso que la escritura es algo más que un cuenta cuentos de éxito. Las soluciones / hallazgos / tropezones formales me parecen interesantes y divertidos.
Cuestión de neurotrasmisores, amigo QM.

2:41 p. m.  
Blogger José L. Muñoz Expósito dijo...

Tienes razón, siempre la misma discusión. Pero es tan divertida...

A ver. Vayamos descartando extremos: si sólo hay forma, malo; si sólo hay historia, peor. En medio, hay un abanico de posibilidades... mi posición no está exactamente en el medio, debe haber forma e historia, sí, pero la forma siempre supeditada a la historia. La forma como medio, no como final.

2:45 p. m.  
Blogger Julio Abelenda dijo...

Aaaayy, parece mentira, tan mayorcitos y todavía a la gresca... ¿Cuántas veces necesitaremos repetir los mismos argumentos, las mismas declaraciones de principios? ¿Aún es necesario repetir consignas para reafirmarse en una identidad de lector? Resulta divertido por demás ver los aparentes contrasentidos en que cae la peña; el señor Montero escribe una de esas historias-sin-historia sobre personajes que se miran al ombligo que tanto criticaba tiempo ha (que conste que no es una crítica, yo adoro este tipo de historias); mientras, monsieur D'artagnan es uno de los mayores y más consumados estetas de aqueste malahadado grupo de plumíferos (disculpe la afectación de la frase, me he metido en el papel). ¿Para cuándo un ejercicio de tolerancia? ¿Para cuándo tratar de comprender al otro en lugar de insistir infructuosamente en el discurso del "yo, yo, YO"? Aaayyyy (suspiro final)

(Y ahora, lo sé, me caerán por todas partes...)

6:56 p. m.  
Blogger Julio Abelenda dijo...

Ah, lo olvidaba (yo también me enzarzo); esto va tomando perfiles cada vez más interesantes... Es destacable cómo, sin aludir expresamente a nada en concreto, estás invocando una sensación de inquietud, a base de cotidanidad pura y dura transfigurada por una mirada que se esquina, se retuerce, se vuelve sobre sí misma... Eso es un hallazgo del lenguaje, del estilo (pues no hay elementos EN LA HISTORIA que apunten a nada anómalo o irregular -pero con esto volvemos a la gresca, ejem, perdón)... Esa fotografía borrosa, granulada (como una toma del más allá), esa niña sin infancia que posa de manera antinatural, mirando fijamente a la cámara... Esa ansiedad sin alegría, teñida de fatalismo, de los no-padres... Todo apunta a una atmósfera malsana, auténtico logro de este relato.
Keep rockin'...

7:04 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Enhorabuena por el relato. A mí, sinceramente, más que estilismos formales, la historia me interesa porque me inquietan las pinceladas psicológicas que se adivinan bajo el hilo argumental, tanto las referidas a la niña como a los padres.

8:24 p. m.  
Blogger L Malaletra dijo...

"Supongo" que lectura y escritura tienen múltiples pliegues y registros que hay que saber / querer detectar. "Yo pienso" que hay que poseer la aptitud y la actitud necesaria para detectar esos registros. El perfil de esas capacidades define al lector, "creo". A diferencia del sentenciador QM, algunos humildes lectores / escritores diletantes perciben los grumos formales del relato, se dan cuenta de que algunas cuestiones de estilo tambien generan historia, atmósfera, inquietud. Al torpe escritor diletante le gratifica que hábiles lectores como Abelenda, D`Artagnan o Aquitania perciban la influencia del estilo en el hilo argumental.
La estructura clásica de presentación - nudo - desenlace (que afortunadamente no veo por ningun lado en Le Gare) está bien para los chistes, cuentacuentos y anecdotarios. Los diletantes andamos (torpemente) en otras cosas.
I´ll keep rockin´
PD: QM, la prosa de autores tan admirados por ambos como Cheever está repleta de elementos de estilo. Y sin embargo... te gusta.

11:39 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Quiero aproximarme a este nuevo fragmento de Adopción con un análisis doméstico de mi lectura:
1. Fluye el tiempo verbal en segunda persona sin atragantos vitales: trampa difícil de sortear la del hiato de identificaciones que se genera entre el narrador y personajes
2. Atmósfera velada, recuerdos desdibujados que van marcando un desarrollo caracterizado por la imprecisión y la bruma: "ideogramas indescifrables" que se cuelan por la grieta de una superficie lacada.
Recorrido hacia atrás sin esguinces o torceduras molestas.
3. Advierto sobre las dificultades que percibo cuando se fragmenta un relato corto, una creación pequeña, en porciones que pretenden una envoltura autónoma y mínimamente resistente -o quizás no se pretenda nada, pero el lector está en otro registro-. Corremos el riesgo de cierta evaporación sobre el juego temporal, el ritmo discursivo o el ensamblaje de la ambientación.

7:38 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

A ver. Frases cortas, adjetivos idóneos insertados en el lugar adecuado, manejo de tiempos verbales precisos y perífrasis sugerentes... Todos estos elementos confieren al tema principal del relato el tono deseado. La voz empleada para el narrador ha sido un gran acierto. Es como una especie de yo desdoblado flotando a los pies de tu cama analizando los recovecos de esta parte en la historia de tu vida. Es un juego. A un lector mas o menos experimentado no le pasan por alto estos detalles. Pero es necesario darles tanta importancia discursiva? En honor a qué? Desde mi punto de vista, la gran mayoría de estos elementos están ya configurados en la mente del autor antes de ponerse manos a la obra. Es la estructura que sustenta su narración, vislumbrada como un fogonazo intuitivo para después pulirla. Se necesita talento, ingenio y creatividad. Ganas de experimentar con el lenguaje. Eso es todo. Estais sugiriendo realmente que los estilismos formales se trabajan con tesón y esfuerzo hasta dar con los acertados? En una narración mediocre pudiera ser a falta de otros recursos. En esta, creo que todo radica en el genio de su autor. Lo que quiero decir, un autor con talento mira su obra como un todo, forma y fondo, a menudo todo va saliendo y perfeccionándose a la vez. Las herramientas no sirven de nada si no tienes ingenio para conjugarlas. Por qué le dais tanta importancia? Es algo que se aprende, que puede aprender y utilizar cualquiera. Pero con qué resultados. Ahi esta el meollo del asunto. Se puede tener toda la teoría literaria del mundo y no ser capaz de escribir algo que merezca la pena.
Leonor ha dicho.

8:27 p. m.  
Blogger L Malaletra dijo...

Querido QM
¿Quien te ha pedido moderación?
¿Acaso el que defiende una postura distinta a las tuya es por eso más correcto, modigerado, ponderado, etc?
Más facil sería plegarse a la opinión hoy imperante: la historia hipnótica por encima de cualquier cosa. Y si no, pásate por una librería o mira la lista de los que venden y hacen pasta con los libros.
Esa es realmente la monótona sinfonía imperante, esa es la aburrida tonadilla que la mayoría (que nunca se equivoca) silba mientras se zampa una hamburguesa.
Probablemente lo interesante es que se pueda establecer este tipo de debates sin necesidad de vencedores y vencidos, cada cual en su rincón a mamporro limpio hasta que el cuerpo aguante. y tan amigos.
No es mas que un juego.

8:36 p. m.  
Blogger L Malaletra dijo...

Estimada Leonor:
la "importancia discursiva" a la que alude deriva del propio debate, no de su esencia o su tema. Debatir es divertido, y para ello es necesario esquinarse, ponerse el antifaz y batirse a mandoble limpio.
Ya lo apunté en la entrada sobre el manual de literatura para caníbales: el eterno debate entre el ingenio y la técnica, el fondo y la forma, la palabra contra la cosa, la diversión frente al aprendizaje.
Al final solo los más grandes quedarán de pie.
Comprendo que vd, valiente participante en la Segunda Cruzada, hija, esposa de reyes y reina vd misma, protagonista de La Gran Historia, se sienta subyugada por las historias con minúsculas.
A sus pies.

8:53 p. m.  

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